En el vasto escenario del estadio Mario Alberto Kempes, se tejió una epopeya que trascenderá los límites del tiempo y del espacio. Fue más que un partido de fútbol; fue una sinfonía de emociones desbordantes, una oda al valor y la perseverancia, una manifestación del espíritu indomable de River Plate.
River Plate lo dio vuelta sobre el final, venció 2-1 a Estudiantes de La Plata en una final épica y se coronó campeón de la Supercopa argentina. El equipo platense abrió el marcador a los dos minutos con gol de Javier Correa, pero River lo dio vuelta con un tanto de Pablo Solari y un golazo espectacular de Rodrigo Aliendro en tiempo cumplido.
⚽️ Fue una gran final, cambiante, emotiva y por momentos bien jugada entre dos equipos con intenciones bien marcadas que no siempre lograron concretar sus búsquedas pero que tuvieron buenos momentos a lo largo de los 90 minutos.
🙌🏽 River tuvo premio a su buen rendimiento en el segundo tiempo con dos goles en los diez minutos finales. Los cambios lo impulsaron después de una primera etapa en la que el plan de Martín Demichelis no había funcionado.
🔥 Santiago Simón destacó como el mejor jugador de River, aportando dinamismo y creatividad al equipo tras ingresar en el segundo tiempo. Su presencia mejoró la salida por la derecha y facilitó el dominio del juego en el complemento. Además, contribuyó con una asistencia para el gol de Solari en el empate 1-1.
👎🏽 En la primera mitad, River careció de firmeza y control del balón, con Matías Kranevitter perdiendo la batalla en el centro del campo y Fernández y Barco sin representar una amenaza clara para la defensa rival. Estudiantes aprovechó esta situación para imponer su juego aéreo y mantener a River a raya. ✅️ Los cambios marcaron un punto de inflexión, especialmente el ingreso de Simón y Claudio Echeverri. El juvenil Simón representó una constante preocupación para la defensa rival,
Por Nazareno Vazquez